miércoles, 29 de agosto de 2012

Reflexión en urgencias


Es curioso lo acostumbrados que estamos a la indiferencia del ser humano por sus semejantes. Prueba de ello es que hoy estaba en una sala de espera con más gente desconocida, cuando a una de ellas se le caen las gafas al suelo, y la mujer que estaba a su espalda se las recoge y entrega. La primera mujer se levanta y le agradece con mucho ímpetu. ¿No es cierto que recogerle las gafas o cualquier otro objeto caído al suelo a alguien debería ser un gesto reflejo? ¿Por qué le agradece como si le hubiera salvado la vida? ¿Quizás es porque es una mujer muy agradecida? o ¿Quizás sea porque estamos tan poco acostumbrados a que alguien nos tienda la mano, que un simple gesto nos merece un mundo? Me decanto por la segunda opción. Nos hemos vuelto tan inhumanos que somos capaces de ver a alguien desangrándose en la calle y no hacer ni un gesto para atenderlo. Quizás es miedo, o quizás sea indiferencia, o ambas al mismo tiempo. Realmente no lo sé, sólo es mi reflexión. Aunque he de decir, que todavía queda gente que se levanta a cambio de un "gracias" a recogerte las gafas, algo es algo.