Y llegó el final de Fringe

<<Sí, leí que un déjà vu es la manera que tiene el destino de decirte que estás exactamente donde se supone que debes estar. Por eso te sientes como si hubieras estado ahí antes. Estás en la línea correcta con respecto a tu propio destino…>>

 - Peter Bishop -

Muchos temíamos este momento. Pero llegó. Fringe se ha acabado. Y de la mejor de las maneras posibles, siendo fiel a sí misma. Después 100 capítulos cargados de ciencia extrema, universos paralelos, universos de bolsillo, multiformas, observers, LSD, asteriscos, aspirinas, viajes en el tiempo, cortexiphan... ha llegado a su final.

Muchas series durante su corto o largo periodo de vida van sacando tramas, a las que al final no consiguen darle un desenlace digno, pero ese no es el caso de Fringe. Los guionistas han sabido cerrar perfectamente la historia de todos los personajes, dejándonos un buen sabor de boca e incluso haciéndonos soltar una lagrimilla. Han dado sentido al recorrido de la serie durante estos cinco años, para desembocar en lo que provocó que comenzara todo, el amor de un padre hacia su hijo.

Es de agradecer que nos hayan deleitado en los dos últimos episodios Liberty y An Enemy of Fate con un último salto al universo rojo, que nos hayan permitido sumergirnos una vez más en los efectos del cortexiphan, pudiendos despedirnos de Fauxlivia y Lincoln, que nos trasladen en el tiempo con algunos Eventos Fringe para derrotar a los observadores, y que incluso nos dejen despedirnos de nuestra querida Gene. Esto es lo que hace grande a Fringe, el cuidado de cada detalle desde el primer capítulo hasta el último. 

Mereció la pena andar este camino, sin duda. Ahora no queda más que archivar todos los capítulos en un lugar seguro, donde poder desempolvarlos con el tiempo para rememorar a una de las mejores series de ciencia ficción que se haya producido nunca. Hasta siempre Fringe. 

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Y al despertarse, soñó con un mundo mejor.